A veces el hambre, o la misma gula, hacen que el hombre -le cambiás un letra y es hambre, no es gracioso?- haga cualquier cosa por comida. Inclusive, hay quienes juran y perjuran que una mujer satisface al hombre con tan sólo dos cosas; comida y sexo. En algunos casos, como el mío, no alcanza. Al menos ahora, quizás hace unos años no. Como dijo un amigo mío que no nombro porque después va a querer cobrar royalties, "Por lo menos tiene que saber inglés y conocer el nombre de cada uno de los tres anillos de LOTR" (?).

El hambre hace que el hombre haga cualquier cosa y hasta parezca [más] estúpido. El sexo hace lo mismo. Y si no, mirate la cara en un espejo cuando estás caliente. Sí, tenés cara de estúpido. Y caliente. Pero estúpìdo. Es casi la misma cara que cuando tenés hambre. Te mordés los labios y los ojos te brillan. Sexo. Hambre. Hombre.

Uno hace lo posible para dejar de parecer estúpido para pasar al siguiente nivel: serlo. Con todas las letras. LOL.

Como cuando con mi amigo Claudio, y el popular Fifí (?), nos fuimos de putas (esto puede ser fruto de mi imaginación, teníamos 15 años) y volvimos temprano. La cuestión es que empezó a picar el bagre y uno de nosotros, no recuerdo si fuí yo, Claudio, Fifí, Jay o Bob el Silencioso -que tal vez pudieron no estar allí- tuvo la genial idea de ir a comprar facturas a la panadería más cercana a nuestro domicilio. Como eran las 2:30 AM y suelen empezar a vender facturas tipo 4 - 4:30, nos quedamos a esperar afuera, en un portón que tenía una pequeña puerta donde los madrugadores y los trasnochados iban a comprar facturas y pan fuera del horario comercial.

Fifí abandonó el barco como un marinero que tiene miedo a que venga un submarino y parta la nave al medio. Bueno, tal vez no, la cuestión es que se fué. Bueno quizás, tenía miedo, todo es posible cuando viene de un tipo que cree que por masturbarse mucho puede contraer HIV [true story].

Quedamos Claudio y Yo. Hambre [ahumada]atroz[/ahumada]. Mucho sueño. Decidimos no esperar a que un horno decida cuando y cuando no tendríamos que comer, así que pusimos manos a la obra (?).


A - Persuación
No, no es una canción de Shakira. Empezamos a llamar la puerta. A ver si nos atiende alguien, che! (?). La pequeña puerta estaba cerrada, pero tenía un vidrio roto debajo, así que como dos idiotas, llamabamos a los panaderos al grito de "Hello, it's anybody in there, just nod if you can hear me, is there anyone at home?♫♪" . Bueno, tal vez los panaderos no conocían The Wall y nunca oyeron hablar de una canción llamada Comfortably Numb.
Nunca nos atendieron.
Había que pasar al plan B. Así lo habíamos aprendido mirando Brigada A, así lo haríamos. Vamos Murdock, vamos, Face! (?).


B - Llamado de atención
Golpear la puerta puede ser la manera más efectiva de que te atiendan. En cualquier lado que tenga una puerta. En tu casa, la mí, la de él. En un cementerio. En un video de Los Doors. Golpeamos la puerta al grito de "señor, nos vende una' fatura'?
Nunca nos atendieron.
Había que, como unos Barackes Obamas, usar un plan de emergencia. El tan mentado plan C.


C - Usa la fuerza, Luke
"Vos levantá, que yo empujo". A golpes, este humilde servidor incrustaba su metro setentaycinco (eso es lo que medía a los 15) contra el portón. A ver, puto, abrite. Así, unas...12 veces. Después, como una pareja S&M, cambiabamos los roles. Golpeamos, pataleamos, empujamos, levantamos, gritamos. El portón nunca cedió. Los panaderos nunca se enteraron. Jay y Bob el Silencioso ya se habían ido (?).
Nunca nos atendieron.


Estabamos, literalmente, abatidos. Sentados en el cordón, viendo medialunas y vigilantes volando encima de nuestras cabezas, drogados por el aroma a bizcochos y bolas de fraile recién saliditos del horno. Arruinados. Vencidos. Eramos los Gastones Gaudios de las facturas.
Pero lo peor estaba por venir.

Llegó una persona, más o menos de nuestra edad, conocida nuestra, que nos saludó, acompañado por sus amigos, y al son de "Uf, tengo un hambre..."...abrió el portón.










Hacia afuera. El portón se abría hacia afuera.