Una vez se me rompió un autito de colección, y me fuí a la pieza a rezarle a Dios, a ver si cuando volvía estaba arreglado. Otra vez también le recé a Dios para que me dé un Halcón Vígía como el de los Halcones Galácticos. A la mañana me fuí a la ventana a ver si me lo había dejado.


Hum. Creo que ya conozco la razón de mi ateísmo.